La infancia puede parecer la etapa más feliz de la vida pero lo cierto es que no es del todo así. A su escala, el niño también se disgusta y sufre. Como padres queremos lo mejor para ellos y tenemos la oportunidad de proporcionarles las herramientas para ser más felices. Los expertos afirman que la educación contribuye en un 40 % al bienestar personal del menor.
Aquí te damos algunas pautas para lograr que así sea:
- Disfrutar del momento
Es importante aprender a vivir la intensidad del momento, y no solo del objetivo a conseguir, sino de todo el proceso. Desde el comienzo hasta el final, es importante aprender a divertirse con cada paso dado, con cada enseñanza aprendida y con cada escalón subido. Si conseguimos inculcarles la importancia de sentir la felicidad en cada instante, disfrutarán el proceso completo y crecerán en él, sin obsesionarse con ganar, con los resultados o con ser mejores que nadie.
- Ser agradecido
Dar las gracias cada día por lo bueno que tenemos, es una sana costumbre que debemos inculcar a los niños desde bien pequeños. Les enseñará que tienen muchas cosas que merecen la pena y que, a veces, no vemos más allá de “nuestras narices” por estar preocupados tan solo por lo que nos enfada o entristece. Esta es una lección de vida que seguro les hará más felices.
- Ser positivo
Lo importante aquí es que nosotros seamos positivos y ya el niño se encargará de imitarnos. Rodearle de un ambiente sin negatividad le dará confianza y tranquilidad.
- Saber gestionar su enfado
No es malo estar disgustado o frustrado, pero sí es necesario saber canalizar estas emociones. Resulta fundamental permitir que los niños den rienda suelta a los sentimientos y que los expresen para entender por qué ocurren, y para poder resolverlos de una manera con la cual no se dañen ellos mismos ni a nadie de alrededor.
- Ser independiente
Animar al niño a ser más autónomo cada día le aportará seguridad en sí mismo y vivirá con la calma de saber que puede valerse por sí mismo, aunque no haya nadie para ayudarle en su instante más inmediato.
- Resolver sus problemas
Dejar que encuentre la solución a sus frustraciones es bueno. No siempre estar ahí para facilitarle la vida le hará pensar, entender un poquito mejor cómo funcionan las cosas y aprender a reaccionar con autonomía cuando las cosas se compliquen en un futuro.
- Tener hábitos saludables
La clave del bienestar es estar sano por dentro y por fuera. Enseñarles con el ejemplo a llevar una dieta variada y a hacer ejercicio regularmente, les mantendrá en forma toda su vida.
No olvidemos que nos van a imitar y que su bienestar es nuestra responsabilidad.
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